domingo, 11 de marzo de 2012

Independiente y un solo deseo: que no se repita 2011


“Una buena Copa Libertadores para Independiente es ganarla”. La frase data de principios de 2011. Justo unos días antes de debutar frente a Deportivo Quito por el torneo continental más grande de ésta región del planeta. Ni su autor, Antonio Mohamed –por entonces DT de Independiente-, ni nadie imaginaba que el año del doble uno le iría a costar tanto al viejo “Rey de Copas”.

Antonio Mohamed, otro DT devorado por la institución.
El primer semestre del 2011, para Independiente, comenzó con un sufrido triunfo 2 – 1 en el global ante los ecuatorianos, por el repechaje de ingreso a la Copa Libertadores. El resultado, por más que fuera corto, le daba al Rojo un respiro y lograba hacerlo mirar el futuro con ganas y positivismo. Ganas y positivismo que lograron que ni cuerpo técnico, ni dirigencia, ni jugadores vieran las verdaderas falencias futbolísticas que tenía el equipo (aún ganando la Copa Sudamericana, sufriendo ante Goias, equipo brasileño que estaba descendido a la segunda categoría en el momento que se disputó la final).

Pocos de los protagonistas mencionados anteriormente, le dieron demasiada importancia al 0-1 con Tigre, por el partido que quedaba pendiente del Apertura 2010. Esa derrota, ratificaba el último puesto en la tabla de posiciones del conjunto de Avellaneda; segundo en su historia, junto con el del Clausura 2002. De hecho, ‘El Turco’ Mohamed esbozó una frase que un par de meses después tuvo que ser reanalizada: “No me asusta el promedio”.

En la Copa Libertadores, el primer partido de la fase de grupos lo hizo ilusionar demasiado. 3 a 0 con Peñarol, que luego sería subcampeón, en el Libertadores de América. Pero mientras se desataba esa euforia diabla, el rojo del ‘infierno’ de la tabla de posiciones lo quemaba en el Clausura. En la cuarta fecha, sólo había conseguido un punto. La alarma se prendió tras la dura caída por 0 – 3 contra Arsenal. River lo había alcanzado en la tabla de los promedios, y “El que no salta, se va a la B” estallaba (¿Estallaba?) en la tribuna de Arsenal. Con la derrota en Sarandí, el número de partidos sin victorias por el torneo local aumentaba a 13.

El equipo que enfrentó a Dep. Quito en Avellaneda:
Matheu, Cabrera, Velázquez, Tuzzio, Navarro, M. Velázquez y Battion
Parra, Silvera, Mareque y Defederico.
El susto que Mohamed acusaba de ausente en el verano, se hacía presente en el mundo Independiente. El DT tomaba recaudos ante la situación complicada de los promedios por la lucha para no descender. El máximo anhelo del semestre quedaba de lado, y ante Godoy Cruz en Avellaneda, por el partido correspondiente a la fase de grupos de la Copa, saldrían a jugar los suplentes. Fue una despedida anticipada y no deseada. El conjunto mendocino se llevó la victoria por 3 a 1, y dejó casi knock out en la Libertadores al conjunto argentino más ganador de ese trofeo. Para seguir en la competición, Independiente debería vencer por ocho tantos a Peñarol, en Montevideo; lo cual no sucedió, ya que el Rojo ganó, pero sólo por 1 a 0.

Las malas actuaciones del torneo local cambiaron en la recta final del torneo. Cuatro victorias en los últimos seis partidos, hicieron que el equipo de Mohamed consiguiera 29 puntos y se olvidara del descenso. La racha le permitió a Independiente volver a ilusionarse con el semestre que se asomaba en el horizonte.
La oportunidad de conseguir dos copas internacionales en tres partidos, hacían ilusionar a todos los hinchas del Diablo de Avellaneda. La final de la Suruga Bank (torneo que enfrenta al ganador de la Copa Sudamericana con el ganador de la Copa de la Liga japonesa) fue tomada por Independiente como si se tratara de una Libertadores. Las expectativas que tenían los hinchas, el plantel y la dirigencia, eran superiores al verdadero valor con el que cuenta la competición.

La decepción por perder frente al Jubilo Iwata por penales luego de igualar el tiempo reglamentario en 2, fue tan grande que los 37 barrabravas que se acercaron a Japón para alentar a su equipo, despidieron a los jugadores bajo una ola de insultos.

El dolor de los hinchas calmó con la incorporación de Gabriel Milito, justo el día después de que se perdiera la primera final del nuevo semestre. Con la ilusión en la espalda, y la alegría por el regreso de un hijo pródigo de la casa, Independiente se preparaba para afrontar la segunda de las tres finales que iba a tener en la última etapa de 2011. El 10 de Agosto, el equipo de Mohamed venció por 2 a 1, en Avellaneda, al Inter de Porto Alegre, vigente campeón de la Copa Libertadores.

La victoria se festejó muchísimo en el club de Avellaneda. Tanto, que en medio de la alegría, nadie percibía que una nueva promesa de Comparada era incumplida. Según el (ahora ex) presidente de Independiente, para esa final el estadio Libertadores de América estaría finalizado al 100%, cosa que no sucedió.

En la vuelta de la Recopa, Independiente perdió 3 a 1, con groseros fallos de Milito e Hilario Navarro. La derrota, terminó de teñir de negro el año para el Rojo. Si bien quedaba el torneo local por delante, el gran afán de seguir obteniendo trofeos internacionales casi quedaba fuera de lugar tras haber perdido las dos competencias más directas en ese plano, y para el resto del semestre solo quedaba la ilusión de ganar nuevamente la Sudamericana.

El final del semestre fue peor. Con las derrotas internacionales, Mohamed quedó en la cuerda floja y renunció tras caer 0 – 1 con Boca, en Avellaneda. Pero la decisión del ‘Turco’ no fue sólo por los malos resultados. La barrabrava, enojada por los desplantes internacionales y la derrota ante los Xeneizes, despidió al equipo bajo el grito de ‘Andate Turco, la p… que te parió’  y espero al ritmo de la marcha fúnebre, la salida del plantel desde el vestuario.
El gran culpable de éste momento rojo: Julio Comparada.

Mohamed denunció que lo había echado la barra, quien era la que mandaba en el club. Y Comparada, se defendió anunciando que no había enviado a nadie a hacer nada.

Ramón Díaz se hizo cargo de la conducción técnica del equipo. Debutó con un 0 – 1, como local, ante Colón de Santa Fe. Días después, cayó en Quito ante Liga por la Copa Sudamericana por 2 – 0 en la primera ronda del torneo. La cuarta caída del año (de septiembre 2010 a septiembre 2011) en Quito, obligaba al conjunto de Avellaneda a ganar en su ciudad por dos goles para evitar una nueva eliminación en la ronda inicial. La victoria llegó, pero por un solo gol de diferencia, y la nueva decepción se hizo presente.

El camino en el campeonato local siguió siendo irregular, y su final así lo demostró. De 19 partidos, Independiente ganó 7, empató 6 y cayó la misma cantidad de veces que empató. El final del torneo encontró con un nivel aceptable a varios chiquilines que asomaban desde abajo, y el repunte de algunos jugadores que no habían tenido un gran semestre como Defederico.

El 18 de Diciembre, Javier Cantero se impuso en las elecciones presidenciales del club, superando al candidato del oficialismo “Cacho” Álvarez, que contaba con el apoyo de la barrabrava sindicalista que tiene el club. Con el ‘golpe’ electoral, la ilusión se renovó.

Sin duda, el mensaje del socio fue claro. Había que cambiar de rumbo, de dirigencia y de valores. Comparada se fue con un déficit declarado de $190.676.709, un plantel vacío de figuras y jugadores de jerarquía, y uno de los técnicos más caros de nuestro fútbol sentado en el banco de suplentes. Además de los números rojos, le entregó a su sucesor un club que también era dominado por la barrabrava.

Lo primero que hizo Cantero fue anunciar que no le otorgaría ni un centavo más a la hinchada para financiar su negocio. Ésta decisión ofuscó a los mercenarios de la tribuna, que expresaron su descontento en el primer partido del verano cantando constantemente en contra de la nueva comisión directiva.

Debido a la débil condición económica, el único refuerzo que concretó ‘el Rojo’ en el mercado de pases fue Ernesto Farias. Muy poco para un plantel que ya demostraba tener más falencias que virtudes.

Falencias que quedaron en evidencia en el comienzo del Clausura 2012. Tras la cuarta fecha, Ramón Díaz tuvo que dejar su cargo por un nefasto record de cuatro derrotas en la misma cantidad de partidos, con sólo un gol a favor, convertido por Roberto Battion cuando el partido ante Argentinos ya se encontraba 0 – 3.
La renuncia del DT, el bajo rendimiento del equipo y el temor por los promedios –si el clausura terminara hoy, Independiente arrancaría la temporada que viene en zona de promoción-  hacen que Independiente se encuentre en una situación más complicada que nunca.

Javier Cantero y la ilusión de sacar al club de la crísis
Los problemas económicos le plantean a Javier Cantero un dilema importante a la hora de elegir el próximo entrenador de la institución. El elegido por la gente es Américo Rubén Gallego, último DT en salir campeón con Independiente, allá por el Apertura 2002. Y si bien ya existieron contactos y reuniones entre la CD y el entrenador para ver las posibilidades que existen para que éste último asuma en un nuevo proyecto, el presidente ya advirtió que no hipotecará el club para que esto suceda.

Si asume ‘El Tolo’ tendrá que trabajar mucho para remontar una situación que se torna más que complicada, y no quedar en la historia como el primer técnico de Independiente que jugó una promoción, o peor aún, que terminó descendiendo con la institución de Avellaneda.

El futuro dirá si Independiente será el nuevo River, o si las buenas intenciones de Javier Cantero lograron sacar al club de la delicada situación económica y futbolística. Lo que es seguro, es que el hincha de Independiente ruega por que no se repita un año como el 2011: repleto de fracasos. 

Ditulis Oleh : Lucas Solís Nicolaevsky // 14:23
Kategori:

 
Todos los derechos reservados · Lucas Solís. Con la tecnología de Blogger.