viernes, 30 de diciembre de 2011

Basile y Martino: dos técnicos con ansias de atacar.


En la última semana de éste 2011 quedaron confirmados los regresos de Alfio Basile y Gerardo Martino a Racing y Newell’s, respectivamente. Dos entrenadores conocidos a nivel mundial por sus trayectorias exitosas, que fueron creadas con el mismo pensamiento desde el principio: la victoria, pero argumentada en el ataque y no en la defensa.

Coco Basile
Alfio Basile, más conocido como Coco, entrenó a la Selección Argentina en dos oportunidades (1991-1994/2006-2008) y logró sentarse en bancos calientes como los del Atlético de Madrid, Boca (2), Racing (2) y San Lorenzo,  entre otros. Además de ser instituciones prestigiosas, los cuatro equipos nombrados anteriormente tuvieron una similitud mientras tuvieron a Coco como entrenador: el respeto por la pelota. Basile es un técnico con estilo clásico (para algunos antiguo), de la escuela del fútbol bien jugado, la pelota a ras de suelo y a ver quien hace más goles. A la hora de atacar, ocupa el ancho de la cancha a través del toque corto y la gambeta. Técnico jugadorista, alguna vez declaró: “Yo paro bien al equipo, lo que sucede es que cuando empieza el partido se mueven” con clara ironía sobre la discusiones tacticistas.

A lo largo de la historia, Coco se transformó en uno de los referentes de éste estilo de juego (junto con Menotti  y Cappa –éste más por personaje que por resultados-), sobre todo después de armar uno de los mejores equipos de la historia de Boca Juniors (el 80% del plantel que salió campeón de la Libertadores 2007 pasó por las manos de Basile) contradiciendo en ciertos puntos los rasgos históricos distintivos del club de La Ribera.

Con aquel magnifico equipo en donde brillaron Insua, Gago, Ibarra, Palacio, Battaglia y tantos más, Coco le otorgó chocolate al público tan deseado de resultados (por primera vez logró ser campeón de un torneo local) y obtuvo así el reconocimiento general de la gente, y de la prensa.

En su quinta presentación como DT de Racing, declaró: “El equipo va a jugar 4-3-1-2, y la gente no se tiene que desesperar cuando el 4 se la de al 2, el 2 se la de a Saja, éste al 6 y el 6 de vuelta al 4… porque así se juega al fútbol, cuidando la posesión del balón, teniendo paciencia, buscando los espacios (…) lo ideal es pensar en el arco contrario, poner la mayor cantidad de jugadores en el campo rival […] hay que ganar; empatar no sirve, es el 33% de los puntos un empate, por eso hay que ganar. Y para ganar, nada mejor que atacar.”

Gerardo Martino comenzó su carrera como entrenador en Brown de Arrecifes, en 1998. 12 años después, de no haberse cruzado con Iker Casillas, hubiera llegado a semifinales (y quizás más…) del Mundial de Sudáfrica 2010 con la Selección de Paraguay. Es a nivel mundial, sin dudas, el discípulo de Bielsa más exitoso. Verlo al Tata en una cancha, o en una conferencia, es ver en ciertos rasgos al Loco. Movimientos, gestos, frases, palabras; todo es similar entre los dos. 

Tata Martino
A la hora de ver el fútbol, Martino también lo ve de una manera similar a la de Bielsa. Centrado en atacar, todavía se lamenta de lo sucedido con Cabañas (“Primero por la persona, después por el jugador. Estaba en su mejor momento, y se notó su ausencia” comentó una vez terminada Sudáfrica 2010). Sus equipos tienen una cuota de ataque constante, mezclado con el detallismo de la escuela Bielsista que incluye presión asfixiante, posesión de pelota, y ocupación total del ancho de la cancha con dos extremos que rompan la defensa rival constantemente.

La campaña paraguaya en el camino al Mundial del 2010 fue excelente. Los guaraníes terminaron terceros (en la misma línea que Chile, pero abajo en diferencia de gol) y tomaron una identidad de equipo en la que se destacaba la garra junto con la intención de jugar bien, atacando, utilizando los espacios que otorgaba el rival y usando la verticalidad en más de una vez. Con suma autoridad se impuso ante Chile en Santiago, Argentina en Asunción y Brasil también en la capital paraguaya. Con los 33 puntos obtenidos, el elenco de Martino consiguió ser la Selección de Paraguay con más unidades en toda la historia de una clasificación mundialista de Sudamérica.

En Sudáfrica estuvo cerca de ganarle a Italia, empatando a 1. Consiguió clasificarse a la ronda final ganando el grupo (también primera vez en la historia paraguaya), por encima de Eslovaquia, Nueva Zelanda y los Tanos. En octavos igualó en 0 con Japón, en lo que fue un partido chato y sin gusto, aunque logró imponerse en los tiros desde el punto del penal. Desde el mismo punto se dictaminó su sentencia mundialista, ante el posterior campeón España,  tras el gol de penal que marcó Villa.

Lo más importante que dejó el ciclo del Tata en tierras paraguayas, fue la identidad de juego que logró su selección a lo largo de los 4 años. La mentalidad ofensiva y las ganas de ganar estuvieron en todos los encuentros en los cuales el banco de suplentes guaraní estaba ocupado por Martino.

Retomando con la historia de Basile, ambos (Tata y Coco) van a ser de sumo aporte para el fútbol argentino. La intención de ganar que ambos intentan llevar a cabo (por diferentes caminos aunque siempre con el mismo arma: el ataque) se sumaran a las pocas que existen en el día a día de nuestro fútbol.
Martino y Basile pueden ser un estimulo para los demás entrenadores, que tal vez lleguen a sentirse invitados a participar de la idea de atacar. Eso, sumado a la (muy) probable vuelta de los torneos largos a partir de Junio de 2012, quizá contribuya para que el alicaído fútbol nacional pueda dar un salto adelante y vuelva a la antigua esencia de ver quien hace un gol más que el rival, y supere la actual de ‘a ver a quién le hacen menos goles’. 

Ditulis Oleh : Lucas Solís Nicolaevsky // 21:29
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