En la última semana de éste 2011 quedaron confirmados los
regresos de Alfio Basile y Gerardo Martino a Racing y Newell’s,
respectivamente. Dos entrenadores conocidos a nivel mundial por sus
trayectorias exitosas, que fueron creadas con el mismo pensamiento desde el
principio: la victoria, pero argumentada en el ataque y no en la defensa.
Coco Basile |
Alfio Basile, más conocido como Coco, entrenó a la Selección
Argentina en dos oportunidades (1991-1994/2006-2008) y logró sentarse en bancos
calientes como los del Atlético de Madrid, Boca (2), Racing (2) y San
Lorenzo, entre otros. Además de ser instituciones
prestigiosas, los cuatro equipos nombrados anteriormente tuvieron una similitud
mientras tuvieron a Coco como entrenador: el respeto por la pelota. Basile es
un técnico con estilo clásico (para algunos antiguo), de la escuela del fútbol
bien jugado, la pelota a ras de suelo y a ver quien hace más goles. A la hora
de atacar, ocupa el ancho de la cancha a través del toque corto y la gambeta.
Técnico jugadorista, alguna vez
declaró: “Yo paro bien al equipo, lo que sucede es que cuando empieza el
partido se mueven” con clara ironía sobre la discusiones tacticistas.
A lo largo de la historia, Coco se transformó en uno de los
referentes de éste estilo de juego (junto con Menotti y Cappa –éste más por personaje que por
resultados-), sobre todo después de armar uno de los mejores equipos de la
historia de Boca Juniors (el 80% del plantel que salió campeón de la
Libertadores 2007 pasó por las manos de Basile) contradiciendo en ciertos
puntos los rasgos históricos distintivos del club de La Ribera.
Con aquel magnifico equipo en donde brillaron Insua, Gago,
Ibarra, Palacio, Battaglia y tantos más, Coco le otorgó chocolate al público
tan deseado de resultados (por primera vez logró ser campeón de un torneo
local) y obtuvo así el reconocimiento general de la gente, y de la prensa.
En su quinta presentación como DT de Racing, declaró: “El
equipo va a jugar 4-3-1-2, y la gente no se tiene que desesperar cuando el 4 se
la de al 2, el 2 se la de a Saja, éste al 6 y el 6 de vuelta al 4… porque así
se juega al fútbol, cuidando la posesión del balón, teniendo paciencia,
buscando los espacios (…) lo ideal es pensar en el arco contrario, poner la
mayor cantidad de jugadores en el campo rival […] hay que ganar; empatar no
sirve, es el 33% de los puntos un empate, por eso hay que ganar. Y para ganar,
nada mejor que atacar.”
Gerardo Martino comenzó su carrera como entrenador en Brown
de Arrecifes, en 1998. 12 años después, de no haberse cruzado con Iker
Casillas, hubiera llegado a semifinales (y quizás más…) del Mundial de
Sudáfrica 2010 con la Selección de Paraguay. Es a nivel mundial, sin dudas, el
discípulo de Bielsa más exitoso. Verlo al Tata en una cancha, o en una
conferencia, es ver en ciertos rasgos al Loco. Movimientos, gestos, frases,
palabras; todo es similar entre los dos.
Tata Martino |
La campaña paraguaya en el camino al Mundial del 2010 fue
excelente. Los guaraníes terminaron terceros (en la misma línea que Chile, pero
abajo en diferencia de gol) y tomaron una identidad de equipo en la que se
destacaba la garra junto con la intención de jugar bien, atacando, utilizando
los espacios que otorgaba el rival y usando la verticalidad en más de una vez.
Con suma autoridad se impuso ante Chile en Santiago, Argentina en Asunción y
Brasil también en la capital paraguaya. Con los 33 puntos obtenidos, el elenco
de Martino consiguió ser la Selección de Paraguay con más unidades en toda la
historia de una clasificación mundialista de Sudamérica.
En Sudáfrica estuvo cerca de ganarle a Italia, empatando a
1. Consiguió clasificarse a la ronda final ganando el grupo (también primera
vez en la historia paraguaya), por encima de Eslovaquia, Nueva Zelanda y los
Tanos. En octavos igualó en 0 con Japón, en lo que fue un partido chato y sin
gusto, aunque logró imponerse en los tiros desde el punto del penal. Desde el
mismo punto se dictaminó su sentencia mundialista, ante el posterior campeón
España, tras el gol de penal que marcó
Villa.
Lo más importante que dejó el ciclo del Tata en tierras
paraguayas, fue la identidad de juego que logró su selección a lo largo de los
4 años. La mentalidad ofensiva y las ganas de ganar estuvieron en todos los
encuentros en los cuales el banco de suplentes guaraní estaba ocupado por
Martino.
Retomando con la historia de Basile, ambos (Tata y Coco) van
a ser de sumo aporte para el fútbol argentino. La intención de ganar que ambos
intentan llevar a cabo (por diferentes caminos aunque siempre con el mismo
arma: el ataque) se sumaran a las pocas que existen en el día a día de nuestro
fútbol.
Martino y Basile pueden ser un estimulo para los demás
entrenadores, que tal vez lleguen a sentirse invitados a participar de la idea
de atacar. Eso, sumado a la (muy) probable vuelta de los torneos largos a
partir de Junio de 2012, quizá contribuya para que el alicaído fútbol nacional
pueda dar un salto adelante y vuelva a la antigua esencia de ver quien hace un
gol más que el rival, y supere la actual de ‘a ver a quién le hacen menos
goles’.