viernes, 27 de enero de 2012

Cholo Simeone y una duda constante: ¿gran DT?


Diego Pablo Simeone, dio inicio a su carrera de entrenador de manera abrupta. Jugador del Racing del Clausura 2006 hasta la quinta fecha, decidió retirarse y asumir el compromiso de entrenar a sus compañeros en la misma semana.

Su debut en el banco se concretó por el encuentro correspondiente a la sexta fecha, en el que la Academia enfrentaba nada más y nada menos que a Independiente, en el clásico de Avellaneda. Con un Agüero implacable, el Rojo venció a un alicaído Racing y recibió con un cachetazo a Simeone en la profesión de entrenador.

En el arranque le costó, seis partidos tardó en conocer la victoria, que se dio ante San Lorenzo en el Cilindro por la fecha 12. Cuando pudo encarrilar el equipo y encontrarle la vuelta (cerró el torneo con cuatro victorias y un empate sobre cinco partidos) el gerenciador recién asumido (Fernando De Tomasso) decidió dar un golpe de efecto y contratar a Mostaza Merlo, que se había consagrado campeón con la institución de Avellaneda en el Apertura 2001 tras 35 años de sequía.

Simeone con el puño en alto
Simeone se sintió defraudado y se marchó de su Racing, al que había vuelto a retirarse y por el cuál se había jugado la cabeza cuatro meses antes, por la puerta de atrás. Sin embargo, Estudiantes tomó nota de su gran cierre de torneo en la Academia y sus condiciones para encarrilar un plantel que venía de cachetazo en cachetazo (y luego siguió hasta disputar la promoción en el año 2008). La dirigencia ‘Pincha’ pensó en él tras la partida de Burruchaga en pleno receso invernal y mundialista hacia Independiente de Avellaneda.
Como en Racing, su debut en Estudiantes no fue el más sencillo. Un Morumbí con 80 mil almas recibió por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores al Pincha de Simeone, que se había impuesto en el partido de ida antes del Mundial por 1 a 0 en la cancha de Quilmes con Burruchaga sentado en el banco de suplentes.

Su equipo se plantó en Brasil y vendió cara su derrota. Cayó por 1-0 en los 90’ y quedó eliminado por definición desde el punto del penal tras el remate desviado de Marcelo Carrusca. Sin Verón, que todavía no estaba habilitado para disputar la Copa, Estudiantes le demostró al mundo que se estaba gestando algo importante.

Así lo demostró el inicio del Apertura 2006 que luego lo vería campeón tras una remontada histórica que derivó en una final contra el Boca de La Volpe en la cancha de Vélez. Estudiantes obtuvo tres victorias en la misma cantidad de encuentros durante el inicio del torneo. Tras los tres triunfos vinieron la misma cantidad de derrotas y un empate en cuatro partidos, y a partir de eso, la duda sobre la continuidad de Simeone como entrenador.

El partido bisagra se dio en el Estadio Centenario, en donde el Pincha recibió a Independiente y lo venció por 2-1 para darle un espaldarazo a Simeone. A partir de allí, la historia es conocida: Estudiantes consiguió 10 victorias consecutivas (incluido el clásico a Gimnasia por un inolvidable 7 a 0), 11 en total sobre 12 partidos y alcanzó a Boca en la cima de la tabla de posiciones. La victoria por 2-1 en cancha de Vélez por el partido definitorio le permitió al Cholo conseguir su primer título como entrenador.

En los dos torneos siguientes, su Pincha volvió a ser protagonista, aunque nunca logró pelear el campeonato hasta el final nuevamente. Su etapa en Estudiantes finalizó de manera abrupta, tras la conclusión del torneo apertura 2007. Luego de vencer a Olimpo por 2 a 0 en el Estadio Ciudad de La Plata, Simeone presentó la renuncia a su cargo acusando la falta de refuerzos para afrontar la Copa Libertadores; sin embargo, a los pocos días definió su llegada como entrenador a River. Los números hablan por sí solos durante su estadía en La Plata: sobre 61 partidos dirigidos, ganó 34, empató 15 y perdió 12. Es decir que obtuvo 117 sobre 183 pts. lo que le otorga un 63.93% de efectividad.

Diego Simeone, en cancha de Arsenal
Su River quedó en la historia. En Núñez consiguió un campeonato luego de 4 años de sequía (y que hoy sigue siendo el único título del conjunto millonario en los últimos 8 años) y renunció cuando su equipo iba último en el Apertura. Fue el único entrenador que logró que Matías Abelairas obtuviera un nivel superlativo, transformó a Falcao en un delantero con garra además de gol, y obtuvo la mejor versión de un arquero en los últimos 20 años del conjunto millonario.

Durante el primer semestre, su equipo consiguió una solidez defensiva basada en el gran nivel de Juan Pablo Carrizo, aunque nunca logró mostrar una fluidez ofensiva acorde a la calidad de jugadores con las que contaba aquel plantel (Alexis Sánchez, Falcao, Ortega, Buonanotte, Rosales, etc). La amarga eliminación por Copa Libertadores ante San Lorenzo (NdeR: con 9, en el Monumental, San Lorenzo le sopló increíblemente el pase a cuartos de final con goles de Bergessio) tiñó de gris un campeonato que lo vio como justo ganador.

En el segundo semestre las cosas fueron totalmente diferentes. Con las salidas de Carrizo, Abreu, Sánchez y Ortega y la tardía llegada de Buonanotte por su presencia en los Juegos Olímpicos de China; el Millonario perdió riqueza en su plantel, y eso se notó adentro de la cancha. Salvo la victoria contra Rosario Central por la segunda fecha, el equipo de Simeone no obtuvo victorias en el torneo mientras estuvo bajo el mando del ex jugador del Atlético de Madrid. En la Sudamericana, dentro de todo el equipo funcionaba, y tras superar a Defensor Sporting de Uruguay en octavos de final, casi logra remontar la serie de cuartos contra Chivas en México. Por la ida, cayó 2-1 en Buenos Aires y cuando iba ganando de manera ejemplar táctica, futbolística y físicamente por 2-0 en Jalisco, una desafortunada jugada de Ahumada le permitió al equipo azteca igualar la serie y luego finalizarla con el empate del encuentro.

Tras la eliminación, Diego Simeone presentó su renuncia al presidente Aguilar y, pese a que se fue aplaudido tras el empate en tres contra Huracán, su ciclo quedó con un gusto agridulce. En total, el Cholo dirigió 45 partidos; ganó 20, empató 13 y cayó derrotado en 12 ocasiones.

El San Lorenzo de Tinelli lo fue a buscar una vez eliminado de la Copa Libertadores 2009. El empresario multimillonario se jugaba una de las últimas fichas desde su llegada como ‘inversor’ al club. Se sabía que el Cholo era uno de los DTs predilectos del famoso conductor, y fue él quien le pidió efusivamente que se hiciera cargo del Cuervo.

Simeone asumió con un empate en 1 ante Racing, y durante la finalización del torneo Clausura de ese año consiguió cuatro victorias, dos empates y la misma cantidad de derrotas (incluido el clásico ante Huracán.)
El Cholo en el Gasometro, de tanto pensar se lo llevó la marea
En el receso invernal, San Lorenzo modificó su forma de incorporar respecto a mercados de pases anteriores, y decidió ser un poco más austero de cara a la conformación del plantel para el torneo Apertura y la Copa Sudamericana. Para colmo de males, la figura del equipo Gonzalo Bergessio, fue vendido luego de disputarse la primera fecha ante Atlético Tucumán que vio a San Lorenzo ganador con un gol del punta incluido.

Así y todo, el primer semestre del conjunto de Boedo fue más que aceptable. En cuartos de final de Sudamericana, venció a River Plate de Uruguay en Montevideo por el partido de ida, y se encontraba como único puntero del torneo local. Sin embargo, cayó increíblemente de local ante el equipo de Carrasco y quedó eliminado en definición por penales cuando ya se veía como semifinalista ante la Liga de Quito.

Un par de resultados adversos le quitaron rápidamente la posibilidad de luchar por el campeonato Clausura del año siguiente, y la exigente hinchada de Boedo pidió su eyección del banco de entrenador. Su etapa en el Cuervo lo mostró sentado 47 veces en el banco de suplentes, en donde ganó 21, igualó 9 y cayó derrotado en 17 oportunidades, obteniendo así 72 sobre 141 pts. Lo que le otorga el 51,06% de efectividad.

Simeone se mantuvo sin dirigir durante casi una temporada. Coqueteó con muchos equipos del medio local e internacional, aunque su alta exigencia económica o de riqueza de plantel impidió su llegada a algún banco de suplentes.

La etapa como desocupado la aprovechó al máximo, y viajó por el mundo interactuando con diferentes colegas que le ampliaron la capacidad y quizá le cambiaron un poco la mentalidad.

Corto pero bueno su paso por Catania
A mediados de la temporada 2010/11, el Catania italiano contrató a Simeone con la clara intención de zafar del descenso. Como en varias ocasiones anteriores, los primeros partidos le demostraron alguna que otra adversidad, aunque con el correr del tiempo el técnico logró imponerle su idea a sus dirigidos y los buenos resultados obtenidos le facilitaron al conjunto siciliano la permanencia en la Serie A.

En Catania finalizó la temporada con 46 puntos, obteniendo la mayor cantidad de unidades y de triunfos como local (11) en la historia del club en Primera, y rescindió su contrato de mutuo acuerdo con la dirigencia, quien se demostró totalmente satisfecha con la conducción del Cholo y le agradeció por sus servicios.

Se lo mencionó en el Atlético de Madrid para comenzar un nuevo proyecto y en Estudiantes para remplazar a Berizzo. Sin embargo, su primer amor volvió a golpearle la puerta y el camino de regreso estaba señalado. Racing, con Podestá a la cabeza, lo fue a buscar para intentar ser campeón en el Apertura 2011.

Simeone ha declarado en varias oportunidades que su paso por Catania le hizo entender diferentes perspectivas de un partido de fútbol. En resumen, la idea de defender el cero comenzó a ganarle a las imperiosas tácticas ofensivas del Cholo en sus comienzos, y eso se notó en su segunda etapa como entrenador en el conjunto de Avellaneda.

En Racing hizo una campaña más que digna. Perdió solamente en dos ocasiones (Belgrano y Vélez), mientras que en el torneo anterior, el equipo dirigido por Miguel Russo había caído en 10 de 19 partidos. Empató más de lo que ganó, pero así y todo logró hacer la mejor campaña desde 2005 hasta la actualidad y la tercera, después del Racing campeón con Merlo en 2001.

A final del torneo, tras la victoria de la dupla Cogorno – Molina en las elecciones, Simeone buscó la primera excusa para pegar el portazo debido a la incomodidad y antipatía por parte de los dirigentes.
Tras irse nuevamente sin cumplir un contrato, Simeone se hizo cargo del Atlético de Madrid a los 10 días de su recisión con Racing. Tras el despido hacia Gregorio Manzano, el club Colchonero volvió a buscar a uno de sus máximos ídolos para cambiarle la cara a un equipo derrumbado.

Después de tres partidos en el banco, Simeone logró siete puntos de nueve posibles. Cuatro de esos puntos fueron conseguidos de visitante, lugar en donde el Atlético de Madrid sólo había conseguido una unidad en ocho encuentros disputados. Siete, fueron los goles que hizo el equipo del Cholo en estos tres encuentros, y cero son los que recibió.

Hace poquito: en las oficinas del Atlético de Madrid
El camino recién comienza, pero más de un Atlético está ilusionado con la temporal campaña de Simeone. Es más, marketineramente el DT está a la altura de sus dirigidos en cuanto a la venta de camisetas personalizadas. Todo una muestra del cariño de los aficionados hacia el argentino.

Con etapas muy buenas, buenas y malas, Simeone siempre se caracterizó por conseguir varios resultados positivos. Con una alta cuota de nerviosismo, sus equipos juegan como es él. Innovando con varios métodos futbolísticos y extra futbolísticos, el técnico intenta constantemente salir de la media de entrenadores comunes y corrientes de nuestro fútbol.

El futuro resolverá varias incógnitas que el mundo del fútbol se hacen actualmente ¿Llegará Simeone a ser un gran director técnico como se esperaba en sus inicios? ¿Podrá quitar de sus equipos esa mezcla de nerviosismo y ansiedad con la que viven los partidos? ¿O solamente será uno más de los entrenadores que pintaban como promesas y no lograron conseguir demasiados laureles futbolísticos ni resultadistas?

Ditulis Oleh : Lucas Solís Nicolaevsky // 16:39
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