Diego Pablo Simeone, dio inicio a su carrera de entrenador
de manera abrupta. Jugador del Racing del Clausura 2006 hasta la quinta fecha,
decidió retirarse y asumir el compromiso de entrenar a sus compañeros en la
misma semana.
Su debut en el banco se concretó por el encuentro
correspondiente a la sexta fecha, en el que la Academia enfrentaba nada más y
nada menos que a Independiente, en el clásico de Avellaneda. Con un Agüero
implacable, el Rojo venció a un alicaído Racing y recibió con un cachetazo a
Simeone en la profesión de entrenador.
En el arranque le costó, seis partidos tardó en conocer la
victoria, que se dio ante San Lorenzo en el Cilindro por la fecha 12. Cuando
pudo encarrilar el equipo y encontrarle la vuelta (cerró el torneo con cuatro
victorias y un empate sobre cinco partidos) el gerenciador recién asumido
(Fernando De Tomasso) decidió dar un golpe de efecto y contratar a Mostaza
Merlo, que se había consagrado campeón con la institución de Avellaneda en el
Apertura 2001 tras 35 años de sequía.
Simeone con el puño en alto |
Simeone se sintió defraudado y se marchó de su Racing, al
que había vuelto a retirarse y por el cuál se había jugado la cabeza cuatro
meses antes, por la puerta de atrás. Sin embargo, Estudiantes tomó nota de su
gran cierre de torneo en la Academia y sus condiciones para encarrilar un
plantel que venía de cachetazo en cachetazo (y luego siguió hasta disputar la
promoción en el año 2008). La dirigencia ‘Pincha’ pensó en él tras la partida de
Burruchaga en pleno receso invernal y mundialista hacia Independiente de
Avellaneda.
Como en Racing, su debut en Estudiantes no fue el más
sencillo. Un Morumbí con 80 mil almas recibió por el partido de vuelta de los
cuartos de final de la Copa Libertadores al Pincha de Simeone, que se había
impuesto en el partido de ida antes del Mundial por 1 a 0 en la cancha de
Quilmes con Burruchaga sentado en el banco de suplentes.
Su equipo se plantó en Brasil y vendió cara su derrota. Cayó
por 1-0 en los 90’ y quedó eliminado por definición desde el punto del penal
tras el remate desviado de Marcelo Carrusca. Sin Verón, que todavía no estaba
habilitado para disputar la Copa, Estudiantes le demostró al mundo que se
estaba gestando algo importante.
Así lo demostró el inicio del Apertura 2006 que luego lo
vería campeón tras una remontada histórica que derivó en una final contra el
Boca de La Volpe en la cancha de Vélez. Estudiantes obtuvo tres victorias en la
misma cantidad de encuentros durante el inicio del torneo. Tras los tres
triunfos vinieron la misma cantidad de derrotas y un empate en cuatro partidos,
y a partir de eso, la duda sobre la continuidad de Simeone como entrenador.
El partido bisagra se dio en el Estadio Centenario, en donde
el Pincha recibió a Independiente y lo venció por 2-1 para darle un espaldarazo
a Simeone. A partir de allí, la historia es conocida: Estudiantes consiguió 10
victorias consecutivas (incluido el clásico a Gimnasia por un inolvidable 7 a
0), 11 en total sobre 12 partidos y alcanzó a Boca en la cima de la tabla de
posiciones. La victoria por 2-1 en cancha de Vélez por el partido definitorio
le permitió al Cholo conseguir su primer título como entrenador.
En los dos torneos siguientes, su Pincha volvió a ser
protagonista, aunque nunca logró pelear el campeonato hasta el final
nuevamente. Su etapa en Estudiantes finalizó de manera abrupta, tras la
conclusión del torneo apertura 2007. Luego de vencer a Olimpo por 2 a 0 en el
Estadio Ciudad de La Plata, Simeone presentó la renuncia a su cargo acusando la
falta de refuerzos para afrontar la Copa Libertadores; sin embargo, a los pocos
días definió su llegada como entrenador a River. Los números hablan por sí
solos durante su estadía en La Plata: sobre 61 partidos dirigidos, ganó 34,
empató 15 y perdió 12. Es decir que obtuvo 117 sobre 183 pts. lo que le otorga
un 63.93% de efectividad.
Diego Simeone, en cancha de Arsenal |
Su River quedó en la historia. En Núñez consiguió un
campeonato luego de 4 años de sequía (y que hoy sigue siendo el único título
del conjunto millonario en los últimos 8 años) y renunció cuando su equipo iba
último en el Apertura. Fue el único entrenador que logró que Matías Abelairas
obtuviera un nivel superlativo, transformó a Falcao en un delantero con garra
además de gol, y obtuvo la mejor versión de un arquero en los últimos 20 años
del conjunto millonario.
Durante el primer semestre, su equipo consiguió una solidez
defensiva basada en el gran nivel de Juan Pablo Carrizo, aunque nunca logró
mostrar una fluidez ofensiva acorde a la calidad de jugadores con las que
contaba aquel plantel (Alexis Sánchez, Falcao, Ortega, Buonanotte, Rosales,
etc). La amarga eliminación por Copa Libertadores ante San Lorenzo (NdeR: con
9, en el Monumental, San Lorenzo le sopló increíblemente el pase a cuartos de
final con goles de Bergessio) tiñó de gris un campeonato que lo vio como justo
ganador.
En el segundo semestre las cosas fueron totalmente
diferentes. Con las salidas de Carrizo, Abreu, Sánchez y Ortega y la tardía
llegada de Buonanotte por su presencia en los Juegos Olímpicos de China; el
Millonario perdió riqueza en su plantel, y eso se notó adentro de la cancha.
Salvo la victoria contra Rosario Central por la segunda fecha, el equipo de
Simeone no obtuvo victorias en el torneo mientras estuvo bajo el mando del ex jugador
del Atlético de Madrid. En la Sudamericana, dentro de todo el equipo
funcionaba, y tras superar a Defensor Sporting de Uruguay en octavos de final,
casi logra remontar la serie de cuartos contra Chivas en México. Por la ida,
cayó 2-1 en Buenos
Aires y cuando iba ganando de manera ejemplar táctica, futbolística y
físicamente por 2-0 en Jalisco, una desafortunada jugada de Ahumada le permitió
al equipo azteca igualar la serie y luego finalizarla con el empate del
encuentro.
Tras la eliminación, Diego Simeone presentó su renuncia al
presidente Aguilar y, pese a que se fue aplaudido tras el empate en tres contra
Huracán, su ciclo quedó con un gusto agridulce. En total, el Cholo dirigió 45
partidos; ganó 20, empató 13 y cayó derrotado en 12 ocasiones.
El San Lorenzo de Tinelli lo fue a buscar una vez eliminado
de la Copa Libertadores 2009. El empresario multimillonario se jugaba una de
las últimas fichas desde su llegada como ‘inversor’ al club. Se sabía que el
Cholo era uno de los DTs predilectos del famoso conductor, y fue él quien le
pidió efusivamente que se hiciera cargo del Cuervo.
Simeone asumió con un empate en 1 ante Racing, y durante la
finalización del torneo Clausura de ese año consiguió cuatro victorias, dos
empates y la misma cantidad de derrotas (incluido el clásico ante Huracán.)
El Cholo en el Gasometro, de tanto pensar se lo llevó la marea |
En el receso invernal, San Lorenzo modificó su forma de
incorporar respecto a mercados de pases anteriores, y decidió ser un poco más
austero de cara a la conformación del plantel para el torneo Apertura y la Copa
Sudamericana. Para colmo de males, la figura del equipo Gonzalo Bergessio, fue
vendido luego de disputarse la primera fecha ante Atlético Tucumán que vio a
San Lorenzo ganador con un gol del punta incluido.
Así y todo, el primer semestre del conjunto de Boedo fue más
que aceptable. En cuartos de final de Sudamericana, venció a River Plate de
Uruguay en Montevideo por el partido de ida, y se encontraba como único puntero
del torneo local. Sin embargo, cayó increíblemente de local ante el equipo de
Carrasco y quedó eliminado en definición por penales cuando ya se veía como
semifinalista ante la Liga de Quito.
Un par de resultados adversos le quitaron rápidamente la
posibilidad de luchar por el campeonato Clausura del año siguiente, y la
exigente hinchada de Boedo pidió su eyección del banco de entrenador. Su etapa
en el Cuervo lo mostró sentado 47 veces en el banco de suplentes, en donde ganó
21, igualó 9 y cayó derrotado en 17 oportunidades, obteniendo así 72 sobre 141
pts. Lo que le otorga el 51,06% de efectividad.
Simeone se mantuvo sin dirigir durante casi una temporada.
Coqueteó con muchos equipos del medio local e internacional, aunque su alta
exigencia económica o de riqueza de plantel impidió su llegada a algún banco de
suplentes.
La etapa como desocupado la aprovechó al máximo, y viajó por
el mundo interactuando con diferentes colegas que le ampliaron la capacidad y
quizá le cambiaron un poco la mentalidad.
Corto pero bueno su paso por Catania |
A mediados de la temporada 2010/11, el Catania italiano
contrató a Simeone con la clara intención de zafar del descenso. Como en varias
ocasiones anteriores, los primeros partidos le demostraron alguna que otra
adversidad, aunque con el correr del tiempo el técnico logró imponerle su idea
a sus dirigidos y los buenos resultados obtenidos le facilitaron al conjunto
siciliano la permanencia en la Serie A.
En Catania finalizó la temporada con 46 puntos, obteniendo
la mayor cantidad de unidades y de triunfos como local (11) en la historia del
club en Primera, y rescindió su contrato de mutuo acuerdo con la dirigencia,
quien se demostró totalmente satisfecha con la conducción del Cholo y le
agradeció por sus servicios.
Se lo mencionó en el Atlético de Madrid para comenzar un
nuevo proyecto y en Estudiantes para remplazar a Berizzo. Sin embargo, su
primer amor volvió a golpearle la puerta y el camino de regreso estaba
señalado. Racing, con Podestá a la cabeza, lo fue a buscar para intentar ser
campeón en el Apertura 2011.
Simeone ha declarado en varias oportunidades que su paso por
Catania le hizo entender diferentes perspectivas de un partido de fútbol. En
resumen, la idea de defender el cero comenzó a ganarle a las imperiosas
tácticas ofensivas del Cholo en sus comienzos, y eso se notó en su segunda
etapa como entrenador en el conjunto de Avellaneda.
En Racing hizo una campaña más que digna. Perdió solamente
en dos ocasiones (Belgrano y Vélez), mientras que en el torneo anterior, el
equipo dirigido por Miguel Russo había caído en 10 de 19 partidos. Empató más
de lo que ganó, pero así y todo logró hacer la mejor campaña desde 2005 hasta
la actualidad y la tercera, después del Racing campeón con Merlo en 2001.
A final del torneo, tras la victoria de la dupla Cogorno –
Molina en las elecciones, Simeone buscó la primera excusa para pegar el portazo
debido a la incomodidad y antipatía por parte de los dirigentes.
Tras irse nuevamente sin cumplir un contrato, Simeone se
hizo cargo del Atlético de Madrid a los 10 días de su recisión con Racing. Tras
el despido hacia Gregorio Manzano, el club Colchonero volvió a buscar a uno de
sus máximos ídolos para cambiarle la cara a un equipo derrumbado.
Después de tres partidos en el banco, Simeone logró siete
puntos de nueve posibles. Cuatro de esos puntos fueron conseguidos de
visitante, lugar en donde el Atlético de Madrid sólo había conseguido una
unidad en ocho encuentros disputados. Siete, fueron los goles que hizo el
equipo del Cholo en estos tres encuentros, y cero son los que recibió.
Hace poquito: en las oficinas del Atlético de Madrid |
El camino recién comienza, pero más de un Atlético está
ilusionado con la temporal campaña de Simeone. Es más, marketineramente el DT está a la altura de sus dirigidos en cuanto
a la venta de camisetas personalizadas. Todo una muestra del cariño de los
aficionados hacia el argentino.
Con etapas muy buenas, buenas y malas, Simeone siempre se
caracterizó por conseguir varios resultados positivos. Con una alta cuota de
nerviosismo, sus equipos juegan como es él. Innovando con varios métodos
futbolísticos y extra futbolísticos, el técnico intenta constantemente salir de
la media de entrenadores comunes y corrientes de nuestro fútbol.
El futuro resolverá varias incógnitas que el mundo del
fútbol se hacen actualmente ¿Llegará Simeone a ser un gran director técnico
como se esperaba en sus inicios? ¿Podrá quitar de sus equipos esa mezcla de
nerviosismo y ansiedad con la que viven los partidos? ¿O solamente será uno más
de los entrenadores que pintaban como promesas y no lograron conseguir
demasiados laureles futbolísticos ni resultadistas?