El actual plantel de Racing de Avellaneda, es catalogado por
el mundo del fútbol como uno de los mejores -en cuanto a nombres- del fútbol
argentino. La sola idea de tener en un mismo equipo a Saja, Giovanni Moreno,
Pelletieri, Yacob, Toranzo, Teofilo Gutierrez y tantos más que firman la
plantilla de La Academia todos los domingos, seduce a cualquier entrenador del
medio futbolero de América Latina.
Desde épocas de Claudio Vivas, en el verano correspondiente
al Clausura 2010, la dirigencia de Racing se decidió a apostar fuerte en el
mercado de pases. Con las llegadas de Hauche, Ayala –que volvía de Europa- y
Bieler además de Lucas Litch que entrenaba en el club hacía un tiempo, el equipo armado por Caruso Lombardi en el inicio de la temporada, se
reforzaba claramente y apostaba por hacer una gran campaña en Primera División.
Sin embargo, el ciclo de Vivas duró lo mismo que una docena
de bananas en una manada de monos. En la fecha 4, la dirigencia decidió
rescindir el contrato del DT tras caer en La Plata, ante Gimnasia. Una
plantilla de altura, en ese momento crítico, necesitaría un DT con altura.
Miguel Ángel Russo fue el elegido por parte de la dupla Molina-Podestá. El
nuevo cuerpo técnico asumió en el clásico ante San Lorenzo, en el Cilindro de Avellaneda.
El Clausura finalizó positivamente, aunque el equipo tuvo
mil vaivenes para empezar a funcionar como el entrenador así lo deseaba. En el
receso invernal de 2010, el DT y la dirigencia se pusieron de acuerdo para seguir
incorporando jugadores de nivel. Pillud, Toranzo y Gio Moreno fueron las
principales luces de aquel mercado de pases.
La máxima ilusión del hincha racinguista se posaba sobre el
10 colombiano, que llegaba a la Argentina repleto de luces que alumbraban desde
toda América. En su paso por Atlético Nacional de Medellín, Giovanni demostró
ser un jugador de calidad. Patricio Toranzo, volvía al club tras su paso por
Huracán, en donde había tenido un papel preponderante con un alto rendimiento
en el equipo subcampeón de Cappa. Pillud, por su parte, era un lateral con
proyección que había demostrado un gran nivel en Newell’s en donde fue
observado por el Espanyol de Barcelona, lugar del que provenía.
La lesión de Pillud, le quitó la posibilidad a Russo de
armar una línea de tres en el fondo, con el ex Espanyol por derecha y con Lucas
Litch por izquierda. De esa manera, el DT podía cerrar a Toranzo para que se
juntara con Giovanni Moreno y le diera rodaje futbolístico al equipo.
Miguel Ángel Russo |
Aquel equipo de Racing, tenía buenas intenciones
futbolísticas ya que no desesperaba con la pelota en su poder, y buscaba
lastimar como los viejos libros de fútbol indican. Abriendo el campo, teniendo
un juego de toque, agregando velocidad cuando fuera necesario y teniendo un
gran jugador que sea eje de la faceta ofensiva. Giovanni Moreno demostraba
varias cosas que lo hacían ser catalogado por sus compañeros de profesión, caso
Riquelme, como el mejor jugador del fútbol argentino. Cuando el 10 lograba
juntarse con Toranzo, le daba a Racing una velocidad y precisión que
transformaba a La Academia en un equipo peligroso. El punto flojo se encontraba
en el sector defensivo. Si bien Martinez mantenía un nivel regular, sus
diversos compañeros de zaga no lograban acompañarlo en la regularidad, lo que
hizo que fueran rotando en aquel sector. Ayala, Avendaño, Cáceres y Cahais
pasaron por el puesto de ‘6’, y éste último terminó siendo el elegido del
entrenador.
Aquel equipo quedó cerca de clasificar a la Copa
Libertadores del año 2011, aunque un par de malos resultados sobre el final del
torneo le quitaron aquella posibilidad.
Para el campeonato siguiente, Miguel Russo pidió la llegada
de un delantero, que fue Teófilo Gutiérrez.
Sobre la llegada de ambos jugadores, al técnico se le sumaba
la buena noticia de poder contar con Iván Pillud. Nadie le quitaba de la cabeza
el sueño del 3-4-1-2 a Russo, ahora reforzado con Teo en la delantera.
Pero en la historia de Racing, siempre se podrán encontrar
los ‘Sin embargo’, ‘pero’, ‘aunque’. Ésta vez, el que sufrió una lesión
importante fue Gio Moreno. La figura, el –nuevo- ídolo de la hinchada, aquel
que hacía que el dinero que uno desembolsara para ver a Racing, sea disfrutado.
Una rotura de ligamentos en la primera fecha del torneo, en cancha de All Boys,
le privó al colombiano disputar el torneo, y le quitó a Racing su ancho de espadas.
Los sueños de Russo se hacían añicos, y la falta de remplazo
en el puesto de enganche le generaba un gran dolor de cabeza. Tras la victoria
en Floresta por 1 a 0, llegó una derrota contra el Boca de Falcioni, en
Avellaneda también por 1 a 0. Ese día, debutó Teófilo Gutiérrez.
En la fecha siguiente, Racing debería visitar a San Lorenzo
en el Bajo Flores. Aquel día, terminó siendo a la larga, un golpe de ilusión
para la gente. Avanzando sobre Romagnoli, que jugaba de 11 en el equipo de
Ramón Díaz, Miguel Russo decidió apostar por lo que planeaba desde principios
de pretemporada. Explotó como nunca la subida de Pillud, y aprovechó –por
primera vez- la capacidad goleadora de Gutiérrez. La ilusión era enorme. El
triunfo sobre San Lorenzo, no tanto. 2 a 1, con dos goles de Teo.
A la victoria en el Bajo Flores, se le sumaron una goleada
ante Colón en Santa Fe, y una victoria que amaneció como goleada y finalizó
como advertencia ante Olimpo de Bahía Blanca, en Avellaneda.
Tras eso, la decepción fue enorme. El Clausura finalizó mal.
Diez derrotas eran el saldo de una campaña triste para un torneo que había
amanecido con la felicidad de la ilusión de campeonar. El hincha de Racing,
quería borrar rápido el Clausura 2011. La lesión de Giovanni Moreno, y el muy
mal rendimiento de los arqueros y la defensa de La Academia eran, quizás, los
principales motivos de la decepción. En el vaso medio lleno, se encontraba la
gran actuación de Teófilo Guttiérrez, que fue el goleador del campeonato, y
mantuvo un record de casi un gol por encuentro hasta el final del mismo.
Diego 'Cholo' Simeone |
La dirigencia de la institución de Avellaneda, decidió no
renovar el vínculo que unía a Miguel Ángel Russo con el club, y fue a buscar a
otro técnico de élite. Diego Pablo ‘Cholo’ Simeone volvía a Racing tras su paso
en el Clausura 2006. Además de Simeone, la dirigencia apostaba fuerte en
la faceta defensiva, que le había costado varios partidos en el semestre
anterior. Agustín Pelletieri y Sebastián Saja, fueron las dos apuestas
principales del equipo de Avellaneda. Los Lucas, Castro y Aued fueron los
otros dos refuerzos con cierto renombre que incorporó el club.
La ilusión, nuevamente, se renovaba. Con la llegada de
Simeone, que venía de un buen paso por el Catania italiano, la gente esperaba
enamorarse de un Racing ultra ofensivo, como había demostrado ser 'Cholo' en
sus pasos anteriores por el fútbol nacional.
Pero nuevamente nos encontramos con un conector de restricción. Simeone,
tras su paso por el fútbol italiano, volvió con un pensamiento más bien cauto.
El obtener el cero en su propio arco era el principal objetivo de su
estrategia. Muchas veces, ese objetivo principal terminaba atentando contra el
de ganar el encuentro, lo que generaba un malestar importante en la gente.
Una importante cantidad de empates, algunas victorias y sólo
dos derrotas le permitieron conseguir el segundo puesto, aunque muy lejos del
campeón Boca y compartiéndolo con otros equipos.
Los desencuentros puertas adentro del club entre jugadores,
cuerpo técnico y dirigencia fueron determinantes para hacer desaparecer la
calma dentro de la institución. Los problemas de conducta de Teo Gutiérrez, el
poco castigo por parte del cuerpo técnico hacia el colombiano por considerarlo
fundamental en lo futbolístico, y la oposición entre pensamientos futbolísticos
de algunos jugadores y el entrenador, son algunas de las cosas que atentaron
contra la paz del plantel. Para colmo de males, la interna política fue determinante en
la continuidad de Simeone. El actual DT del Atlético de Madrid, acusó a la
dupla Cogorno – Molina de considerarlo poco importante y pegó el portazo a
pocos días de la victoria electoral de la dupla.
Fueron días de asombro. La dirigencia buscó un técnico que
tuviera un perfil racinguista, ofensivo y le permitiera soñar con obtener el
campeonato. El elegido, fue ni más ni menos que Basile. ‘Coco’ asumió, teniendo
como principal objetivo convencer a Teófilo Gutiérrez de quedarse en el club.
Una vez concretado el deseo inicial, se cansó de repetir que soñaba con una
dupla de excelencia entre los colombianos de ataque.
Si bien recién son 7 las fechas que transcurrieron del
Clausura, ya se puede armar un pequeño diagnóstico de lo que es el Racing de
Basile etapa IV.
Giovanni Moreno aún no ha vuelto a su nivel tras recuperarse
de la rotura de ligamentos cruzados. La defensa es lo más débil de un equipo
que ataca desesperadamente casi todos los partidos. Cuando está bien
psicológicamente, Teófilo Gutiérrez demuestra ser el mejor jugador de Racing,
ya sea jugando de punta o de enganche.
El saldo en cuanto a resultados, es ambiguo. La Academia
ganó dos encuentros, ambos por 3 a 0, con tres puntas y sin Gio en el campo.
Empató otros dos. Y perdió tres encuentros, de los cuales dos fueron derrotas
injustas. Ocho es la cosecha en cuanto a puntos del conjunto liderado
por Basile.
Alfio 'Coco' Basile |
En el medio, sucedieron episodios retumbantes. Yacob se negó
a ir al banco de suplentes en el partido contra Banfield, tras perder la
titularidad como único cinco a manos de Agustín Pelletieri. Basile amagó con
pelearse con varios hinchas que insultaban al equipo tras la injustísima
derrota ante el Taladro en la fecha número 3. El entrenador se decidió por quitar
a Moreno y a Toranzo, para darle lugar a la verticalidad de Castro, el talento
de Gutiérrez y la garra de Zuculini. Varios cimbronazos en poco tiempo.
Irregularidad puede ser tranquilamente el sinónimo que mejor
describa al Racing de estos últimos años. En dos etapas, con propuestas muy
seductoras para el ojo del espectador, y en otra en donde obtuvo una pequeña
regularidad, aunque amarrete para buscar los partidos.
Sin embargo, ninguno de los tres técnicos de ésta nueva era
Racinguista –todos de peso- le encontró la vuelta definitiva a un equipo
plagado de nombres. Entonces, ¿Quiénes son los responsables? ¿Russo, Simeone y
Basile? ¿O los jugadores que coincidieron en las tres etapas? Lo que está más
que claro, es que en las tres etapas por igual, existió la palabra por la que
todavía el hincha de Racing mantiene la expectativa: ilusión. ¿Le alcanzará ésta
vez? Seguramente esto lo definirá el rendimiento de cada uno de sus buenos
jugadores. Si logra encontrar la regularidad en muchachos que, en diversos
momentos, le llenaron los ojos de fútbol al espectador, tendrá una última
chance de sumarse a un tren que va en camino al final del campeonato y está
esperando llenarse de candidatos, para ver cual es el campeón.