Las comparaciones entre ambos, aburren. Que si son zurdos,
que si gambetean, que si son picaros, que si uno canta el himno casi llorando,
que si el otro lo escucha y ni balbucea, que los tiros libres y los goles con
la mano, que las pinturitas dejando a cinco rivales por el camino, o los
sombreritos a los arqueros.
Diego gambetea |
¡BASTA! Son únicos. Espectacular, y sencillamente, únicos.
Pero, definamos lo que es “único”. El diccionario indica que la palabra único, adjetivita
un ser sin igual en su especie. Diego Maradona, y Lionel Messi, son jugadores
únicos. Como lo son Andrés Iniesta, Pelé, Di Steffano, Labruna, Platini, Zidane,
Xavi o los Ronaldo. Tendrán cosas similares, porque el fútbol es uno solo. Pero
serán bien distintos, porque las jugadas nunca se repiten.
Realizar una comparación entre ambos sería cruel. Sobre todo,
porque cada uno esbozara un pensamiento atravesado por la subjetividad del
sentimiento. Quienes nacieron antes de los 80, recordarán a Maradona de manera
significativa por el Mundial del ’86, pero más aún por sus goles a Inglaterra,
con todo lo que eso significaba en aquel contexto.
Desde allí, cuando opinen sobre Messi, indefectiblemente le
quitarán valor a las acciones extraterrestres que genera éste sobre el campo.
Argumentaran en que la diferencia entre el Barcelona y los demás es mucha. Que
allá jugaban para él, y que así era fácil. Y le pedirán que demuestre más en la
Selección Argentina, aun cuando está a 4 goles de Maradona –con todo lo que
éste significa-.
Messi se llena la boca de gol |
En la generación PlayStation, un amor incondicional por el
duendecillo que apareció para devolver al fútbol un poco de la magia que éste
había perdido por el marketing y los negocios, será el componente emocional de la
forma propia de pensar. Esto, y una relación con Maradona que se dio a través
de los Medios de Comunicación, y como un producto más utilizado por los dueños
de los business sin obtener el peso
verdadero a nivel futbolístico de las jugadas que éste barrilete cósmico
realizaba.
Ambos, partiendo desde su zurda, generan la magia más
preciosa que tiene el fútbol. Compararlos, sería una pena. Ya que, entre tanto
análisis, corremos el riesgo de perdernos alguna que otra pincelada. O más
injustos aún, inconscientemente quitándole valor.
Como Argentino, el agradecimiento de quien suscribe, para
ambos es enorme. Como amante del buen fútbol, lo único que nos queda, es
disfrutar. Son únicos. Diego es Maradona, y Lionel es Messi. Ambos, son
argentinos.